Autora: Alicia Viglieti – Reiki Master
Elemento fundamental en la conformación del SER y cuyo estado determina la forma de ESTAR en el mundo en cada momento de la encarnación.
Una creencia básica alinea mi trabajo de asistir personas en los diferentes procesos que las llevan a encontrar el camino para sanar las heridas del cuerpo y del alma: SOMOS SERES DE ENERGÍA.
La energía es un elemento esencial constitutivo de todo organismo vivo.
Cada lugar y objeto inanimado tiene una carga energética que proviene de las personas que lo habitan o contactan y de las experiencias ocurridas en cada lugar.
Conectamos con todo lo que existe en nuestro entorno a través del lenguaje invisible de la energía. A través de los lazos energéticos que nos unen a personas, lugares, objetos, animales, plantas, alimentos, experiencias vitales, llega la información que necesitamos para saber como funciona el mundo que hemos elegido para transitar la encarnación.
Desde que somos engendrados paralelamente al desarrollo evolutivo del embrión y del niño aproximadamente hasta los 7 años formamos nuestra Matriz Energética Básica (MEB) a través de lazos energéticos simbióticos que se arman chakra a chakra con las personas que cumplen el rol de ser referentes para acompañar nuestro desarrollo (padres, tutores, cualquier persona que se ponga disponible y se enlace a nosotros para mostrarnos como es el mundo desde su perspectiva).
Con esta MEB formada en el seno de la familia primaria salimos por primera vez al mundo. Comenzamos a interactuar con otras realidades, otros espacios, otras personas, creencias, costumbres, normas sociales y culturales. Percibimos similitudes y diferencias, transitamos por experiencias nuevas y empezamos a modificar la información inscripta en nuestra MEB con aportes que provienen de esta interacción con mundos diferentes al nuestro y con los que vamos estableciendo lazos energéticos afectivos.
Seguimos recolectando información durante la niñez y adolescencia y llegamos a la edad adulta con una matriz energética que es un mix de la MEB y lo que hemos recogido de las vivencias al interactuar con el entorno más allá del núcleo primario.
Esta Matriz Energética es nuestra base de datos para responder a cualquier nuevo estímulo que llegue en el camino de construcción de cada aspecto de nuestra forma de manifestación en la vida adulta. Contiene creencias, mandatos, hábitos, conductas, respuestas emocionales, estructuras de pensamiento que son el resultado de las experiencias vividas en nuestro escenario de aprendizaje primario.
La forma en la que nos movemos en el mundo como adultos se relaciona con el estado de nuestra matriz energética. Por esta razón es importante acceder a un registro consciente de este estado para poder detectar sus bloqueos, interferencias, heridas no sanadas y todo aquello que nos ha ido alejando de la conexión con nuestra esencia, con nuestro poder personal, para lograr manifestar la mejor versión de nosotros mismos que tengamos disponible.
Cada vez que transitamos por experiencias traumáticas o por situaciones que generan estrés, ansiedad, miedo, vivencias que nos conectan con los aspectos de vulnerabilidad, se produce un desequilibrio energético en nuestro sistema. Cada desequilibrio deja una huella que se inscribe en nuestra matriz energética y que puede manifestarse a través de un síntoma o enfermedad en el plano físico, mental, emocional o espiritual.
El gran desafío que nos plantea la encarnación es hacernos cargo de encarar el proceso de sanación que sea necesario para recuperar la potencia de nuestra matriz energética. Buscar el origen de cada desequilibrio para poder sanar y acceder nuevamente al estado de salud.
En este punto cada persona deberá encontrar su equipo de asistencia: las herramientas que le sean más afines, los maestros y guías que la acompañarán en el tránsito por el camino de sanación. También necesitará perseverancia y compromiso con un proceso que implica trascender obstáculos, enfrentar miedos, sostener crisis curativas, accionar cambios, desarrollar la compasión, la paciencia y la consciencia de que no existen soluciones mágicas.